Bares y terrazas cumplen un mes de apertura a medio gas

La actividad está aún muy lejos del ritmo previo a la crisis y los empresarios sitúan el nivel de ventas en un escaso 50%

Javier Milena  |  26 de junio de 2020
En las terrazas es donde más movimiento se aprecia, pero las comandas son más breves que antes de la crisis.
En las terrazas es donde más movimiento se aprecia, pero las comandas son más breves que antes de la crisis.

Bares y terrazas han cumplido su primer mes de apertura tras la etapa de confinamiento. Con la nueva normalidad los aforos se sitúan en un máximo del 75% en el interior y del 100% en las terrazas, aunque hay que seguir guardando una distancia de seguridad de 1,5 metros. A pesar de esta progresión hacia la llamada ‘nueva normalidad’, los propietarios de los establecimientos opinan, tras este primer mes de funcionamiento, que la actividad está todavía muy lejos el ritmo previo a la crisis. Muchos de ellos la sitúan en un 50% e incluso por debajo.  

Nos hemos echado a la calle y hemos recorrido el Paseo de Colón, la ‘5ª Avenida’ del tapeo alboloteño, para conocer de primera mano la opinión de algunos de estos establecimientos.

Cafetería Los Jardines

El negocio volvió a abrir sus puertas el 25 de mayo, tiene una de las mayores terrazas de la zona y tradicionalmente es un establecimiento muy concurrido. Manolo, uno de los dos hermanos Fernández-Garzón que explota este establecimiento familiar opina “que la cosa no va mal, pero le falta el último tironcillo para que vaya como antes”.  Es optimista ante la nueva situación y afirma que “con sacar para los gastos me conformo porque volver a la normalidad que teníamos antes va a ser muy complicado”.

Bar Colón

Más pequeño, el Bar Colón, es otro de los establecimientos señeros de la zona en cuanto a desayunos y tapas. Javier Navarro, al frente de la barra, explica que “la cosa está flojilla, estamos viviendo días muy raros porque unos días tenemos un buen ritmo de gente y otros menos”. Explica que la sensación que tiene es que “el verano va a ser durillo”. “La gente sale a comprar y se va a su casa, ya no se para tanto como antes”.  “Ahora estamos gastando la mitad de pan que antes y ese es un dato bastante objetivo de cómo va la cosa”, explica.

Bar Mississippi

Enfrente está el Bar Mississippi, otro de los buques insignia de la tapa a elegir del Paseo de Colón. Una de sus camareras, Noe Ruiz, confirma que “la cosa está más parada de lo habitual, más flojilla”, y rebaja a un 35-40% el nivel de ventas con respecto a antes de la crisis. “La gente está asustada, no hay la alegría que había antes en las mesas”. “La gente viene, pero se va pronto, no vemos que estén relejados como antes y eso que nosotros  ponemos todos los medios para que estén a gusto”, aclara. 

En el interior de los establecimientos el aforo es del 75%, y es donde se aprecia una menor presencia de pblico.
En el interior de los establecimientos el aforo es del 75%, y es donde se aprecia una menor presencia de público.

Mesón La Brocheta

Más arriba, en la misma acera, encontramos La Brocheta que desde hace once años regenta José Luis Jiménez. Nos confirma que abrió el 20 de mayo y que en las primeras dos semanas trabajó muy bien, “quizá porque en ese período había aún pocos bares abiertos”, explica. “Después se ha notado un bajón, pero no me quejo. Después de lo que hemos pasado estoy contento porque estamos trabajando y funcionando”. José Luis tiene claro que no se va a poder vender lo mismo que antes.  

Restaurante Pizotón

En la esquina del Barrio Seco está el Restaurante Pizotón. Paco Pérez atiende la barra interior y nos confirma que el establecimiento volvió a abrir sus puertas el 1 de junio en plena fase de desescalada. “Empezamos bien y con ganas, pero ahora llevamos unos días que la cosa está más flojilla”. “La terraza es lo que mejor está funcionando, pero en el tema de las comidas la cosa no ha repuntado y el comedor de arriba sigue cerrado”, explica. En su opinión, la gente sigue muy asustada y no hay la alegría que había antes".

Cafetería Alalba

En la parte alta de la calle encontramos la Cafetería Alalba, que fue una de las primeras en abrir su terraza durante la fase 1 de desescalada. Su propietaria, Ascensión Pérez, nos cuenta “que al principio fue mejor, quizá porque había menos gente abierta, pero ahora está todo más tranquilo.”. Calcula que las ventas están alrededor del 50%, “aunque estamos contentos porque eso es mejor que estar cerrados y por lo menos podemos cubrir gastos”.  “La gente tiene miedo y también a mucha gente le ha cambiado la situación económica y esto (señalando la vitrina de pastelería) no es un producto necesario”, explica. 

 

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