Un enamorado de Albolote y sus gentes

Fallece Juan de Dios Carvajal Olmedo, Juez de Paz y cronista de las tradiciones y costumbres de Albolote y de sus vecinos

Pepe Vaquero  |  19 de octubre de 2021
Juan de Dios Carvajal Olmedo, en una imagen reciente.
Juan de Dios Carvajal Olmedo, en una imagen reciente.

La inmensa mayoría de vecinos de Albolote conocían a Juan de Dios Carvajal Olmedo (Juan de Dios el de Anita), Juez de Paz de la localidad, cronista de las tradiciones del pueblo y conocedor de mil historias sobre sus gentes. Hombre profundamente creyente, fue además durante algunos años Hermano Mayor de la Hermandad del Cristo de la Salud, imagen a la que le tenía un fervor especial. De cualquier momento histórico podía hablarnos con certeza y contar anécdotas de personajes pintorescos de Albolote. Fue un enamorado de su pueblo y de sus gentes quizá porque su actividad profesional como empresario le hizo alejarse de él durante muchos años. Su pasión por conocer la historia de Albolote le llevó a recopilar miles de fotografías antiguas que más tarde sirvieron para ilustrar sus capítulos ‘Albolote, un siglo de historias’, publicados durante algunos años en el periódico local. Una sección que rememoró recuerdos e imágenes de la localidad y de sus vecinos, y que logró una sensacional aceptación por parte de los lectores a principio de los años 2.000. “Con mis escritos pretendo rememorar un trozo de historia de nuestro pueblo y contar los avatares de sus gentes”, decía.
Sus fotografías, que aún siguen en una vieja maleta de su casa, son historia viva de la localidad. Muchos vecinos le conocían tan bien que incluso les cedían sus recuerdos fotográficos para escribir sobre ellos. De ahí surgió la idea de  escribir el libro ‘Albolote como lo vi y como me lo contaron’, una extensa semblanza de la historia de Albolote endulzada con anécdotas y chascarrillos y acompañada de imágenes de un valor incalculable.
En su última etapa como Juez de Paz en el juzgado de Albolote disfrutó con gran pasión de su trabajo y como él contaba, “he vuelto a renacer, me siento vivo ejerciendo esta tarea”. Las parejas que contrajeron matrimonio civil bajo su batuta en las dependencias del juzgado hablaban de la ternura, el cariño y la sensibilidad con que Carvajal ejercía ese trabajo.
Por otro lado, en su personalidad siempre estuvo presente su humor irónico, sus chistes, sus chascarrillos y una manera de practicar un curioso humor inglés que no todo el mundo era capaz de asimilar. Podría haber ejercido incluso de monologuista con su verbo divertido y lleno de sarcasmo.
Falleció a los 81 años el pasado 17 de octubre, según su familia, en paz y sin sufrimiento. Incluso antes de irse con su Cristo de la Salud, por el que sentía una especial devoción, tuvo la fuerza de escribir en su móvil un mensaje para su esposa, Eulalia, dándole las gracias por ser la mujer de su vida y por los más de 50 años de matrimonio.
Juan de Dios Carvajal Olmedo se nos ha ido antes de tiempo porque aún tenía en el tintero muchas historias que contarnos. Lamentamos tan profunda pérdida y trasladamos a sus familiares y amigos nuestro más sentido pésame. Al día siguiente de su fallecimiento las banderas de Albolote ondearon a media asta en su memoria. Descansa en paz, amigo Juan de Dios.
 

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