Dos alboloteños en el extranjero nos cuentan cómo viven la pandemia
Hablamos con Enca Jódar (Francia) y Migue Navarro (Chile)
La crisis sanitaria del Covid-19 es una pandemia global y así lo vemos reflejado a diario en las noticias que nos llegan a través de las redes y la televisión. En este reportaje viajamos, telefónicamente, a dos puntos muy dispares del globo para conocer cómo lo están viviendo dos alboloteños residentes en el extranjero.
La primera parada es París (Francia) donde reside la alboloteña, Enca Jódar Martínez, una joven de 29 años, que trabaja en el área de Recursos Humanos de una central bancaria formando a directores y personal del banco a nivel estatal. Nos confirma que se encuentra bien, en casa, confinada con su pareja, y que su modo de vida no ha cambiado mucho. “Desde el primer día que se decretó el estado de alarma teletrabajo desde casa, lo único que ha cambiado es que no se puede salir”. Por fortuna su situación laboral no se ha visto alterada y aunque algunos compañeros volverán al trabajo a partir del 11 mayo, en su caso calcula que no acudirá físicamente a su oficina al menos hasta el mes de agosto. También nos confirma que el confinamiento en Francia es algo más laxo que en España. “Aquí es menos severo e incluso desde el primer día podemos salir al menos una hora al día a dar un paseo para estirar las piernas”. Por lo demás, bares, restaurantes, centros comerciales, etcétera, también están cerrados en el país vecino, que en número de muertos por Covid-19 ya está muy emparejado con España. Nos anticipa que los colegios volverán a la actividad el 15 de mayo y los institutos el 25. En Francia ya está programada la desescalada.
Cuando le preguntamos por la imagen que los franceses tienen de España en esta crisis, Enca es contundente. “A España se le ve muy bien desde Francia, la gente está sorprendida de las medidas que ha tomado el Estado Español porque los españoles han sabido responder”. “Aquí es más complicado, a los franceses nos les gusta que les digan lo que tienen que hacer y por eso el Estado Francés ha tenido que adaptar las medidas del Covid a la forma de ser de la gente y permitir que al menos salgan un ratico a la calle”. Nos cuenta que cada día, a la siete de la tarde, representantes del Gobierno informan de la evolución de la pandemia a través de los medios de comunicación. “A nivel de la comunicación estamos muy bien informados”, explica.
Confirma que mascarillas no hay. “Han comentado que a partir del 4 ó 5 de mayo empezarán a llegar a las farmacias”, así que los paseos diarios los hacen sin mascarillas. “Yo tengo máquina de coser y me he hecho algunas de tela para cuando salgo al supermercado. En el asunto de las mascarillas podría decirse que Francia está peor que España”, afirma.
Mantiene contacto asiduo con su familia y de momento no sabe cuándo podrá volver de visita a Albolote. “Tenía pensado hacerlo en Semana Santa, pero ha sido imposible y cada año en agosto suelo escaparme, pero en esta situación no sé cuándo podremos viajar de nuevo”.
Chile
Cruzamos el charco y nos vamos hasta Chile. Allende los mares, en la región de Valparaíso, reside el alboloteño Migue Navarro de 53 años, que trabaja como encargado general de obra en la construcción de un hospital en la ciudad de Casa Blanca, el equivalente al Benidorm español. Según nos cuenta, “está perfectamente”. “Aquí no se escucha mucho hablar del tema, realmente tienes que buscar en internet información porque la gente no habla”. Migue nos transmite la sensación de que de momento en Chile están viviendo la pandemia con una relativa calma y salvo en el horario nocturno de diez de la noche a cinco de la madrugada hay libertad de movimiento y solo hay controles en los cambios de región. Allí, por ahora, es menor el número de contagios oficiales. “De momento el virus no ha llegado con tanta fuerza como por Europa”. “Las normas que se han adoptado son las indicadas a nivel general como cerrar aeropuertos, colegios, y espacios públicos, pero por el resto no hay gran preocupación”. “Ahora se empieza a ver más gente con mascarilla, pero hasta hace un par de semanas no se veían”. “Todo lo que no sea relacionado con bares o centros comerciales está abierto, como por ejemplo las barberías e incluso algunas tiendas de ropa”. Su sensación es que no se escucha hablar tanto del coronavirus ni se alarma tanto la gente y que las restricciones dependen de cada región, e incluso de cada barrio.
Allí está recién iniciado el otoño y su sector, el de la construcción, opera con normalidad, aunque desde hace varios días ya han empezado a usar mascarillas y caretas de protección para prevenir. “Hemos puesto en la puerta de la obra unos lavabos con jabón y geles desinfectantes y al personal del área técnica va con mascarilla y pantalla”.
Mantiene contacto habitual con su familia a través de video llamadas y está al tanto de la situación en España y quizá por ello es consciente de la gravedad de la situación y sale poco. “No quiero exponerme porque pillar esta enfermedad en un país que no es el tuyo te puede acarrear problemas y no quiero exponerme y por eso salgo poco, voy de casa al trabajo y del trabajo a casa”, explica.
La crisis le ha impedido llevar a cabo una de sus tres viajes anuales a España para visitar a la familia, “Tenía pensado viajar con motivo del puente de mayo, pero no ha podido ser y ahora habrá que esperar a ver cómo evoluciona la situación”.
A ambos les mandamos un afectuoso saludo y mucho ánimo para sobrellevar la distancia en esta situación.
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