"Un 60% de las ventas se han perdido"

Hablamos con Paco López, de Vivero Las Gardenias, un sector que vive su primavera más negra

Javier Milena  |  8 de abril de 2020
Aunque el vivero está cerrado, Paco realiza a diario trabajos de mantenimiento para salvar el mayor número posible de plantas
Aunque el vivero está cerrado, Paco realiza a diario trabajos de mantenimiento para salvar el mayor número posible de plantas

El sector de la jardinería afronta en este 2020 su primavera más negra. Al sector le ha pillado la crisis del Covid-19 con sus almacenes repletos de género, por lo que al cese de la actividad se suman también importantes pérdidas por tratase de una producto de temporada.

“La situación es muy mala porque estamos parados al 100% y no podemos salir ni a la calle ni podemos vender en el vivero”, explica Paco López Alarcón, propietario del Vivero Las Gardenias de Albolote, al que como al resto del sector la crisis le ha pillado de lleno.

“Nos ha pillado empezando la primavera con numerosos encargos y llenos a tope de género y al cerrar de la noche a la mañana y no poder vender se nos ha quedado toda la planta colgada y mucha de ella habrá que tirarla porque la flor se pasa y se pierde la venta”. El empresario nos explica que de mediados de febrero a finales de mayo es cuando los viveros hacen el 70% de su negocio anual, “así que calculo que un 60 o 70% de esa venta se ha perdido porque los meses de verano son malos”. “A la empresa a la que no le haya pillado saneada creo que se quedará por el camino”. “Por suerte nosotros estamos saneados y creo que podremos aguantar un tiempo sin necesidad de echar mano a los bancos”, resume.

Aún así su empresa, como tantas otras en esta crisis, se ha visto abocada a presentar un ERTE que afecta a la totalidad de su plantilla asalariada. “Somos siete, cinco empleados y dos autónomos, y hemos tenido que presentar un ERTE para la plantilla y nos estamos planteando cesar también la actividad de los autónomos porque el problema no es que hayan bajado las ventas es que directamente no hay ventas”, explica. A pesar de no tener ingresos, Paco y su mujer Pili tienen que trabajar a diario en el vivero para continuar con las labores de mantenimiento y riego y también de vigilancia del negocio, que abarca una superficie de 10.000 metros cuadrados en el término municipal de Albolote en el camino de Atarfe. .

Las bandejas del vivero estn repletas de flores y plantas de temperada que pronto se perdern.
Las bandejas del vivero están repletas de flores y plantas de temperada que pronto se perderán.

El empresario se queja de que su actividad no haya sido incluida como actividad esencial, como en otros países, y defiende que en este tipo de establecimientos no se producen aglomeraciones y es fácil mantener el distanciamiento social por su gran amplitud de espacios. “No sabemos esto lo que va a durar y no soy optimista porque tampoco los políticos hablan claro y a diario vemos como van dando palos de ciego”. Argumenta que este sector tampoco es propio para la venta online “porque la gente cuando va a comprar una planta primero quiere cogerla y verla antes de comprarla”. “Es un sector complicado para eso”.

Reconoce que abril ya está perdido y a pesar del pesimismo no pierde la esperanza de recuperar algo en mayo. “Si mayo nos lo dejaran sería un poco de aire, porque tenemos muchos trabajos y pedidos pendientes para la calle que nos ayudarían a cubrir algunos costes”, aunque reconoce acto seguido “que no sabemos cómo reaccionará la gente, hay mucho miedo encima y la gente no está por salir”. “No hay más remedio que apechugar y tirar para adelante con lo que venga”, se resigna.

Organización del sector

El sector productor y comercializador de flor y planta y los centros de jardinería agrupados en la organización FEPEX han solicitado al Gobierno la apertura paulatina de esta actividad económica. Argumenta que la venta de flores y plantas en importantes países consumidores de la UE, como Alemania u Holanda, está recuperando la normalidad y se permite la comercialización en centros de jardinería, cadenas de alimentación y de bricolaje por considerarse bienes de primera necesidad no alimenticia, consideración que, para el sector de flor y planta agrupado en FEPEX, debería adoptarse en España y permitir la venta lo antes posible, con el fin de mitigar las graves pérdidas sufridas por el hundimiento del consumo, consecuencia del COVID-19.

En la nota de prensa, la organización explica que en estos momentos en España los centros de jardinería están cerrados. El comercio de flores, plantas, abonos, fertilizantes y alimentos para mascotas está incluido en el listado de productos de primera necesidad no alimentarios y fue recogido en toda la normativa sobre medidas preventivas como consecuencia del COVID-19 publicada por las Comunidades Autónomas, sin embargo, la publicación del RD 463/2020 por el que se declaró el estado de alarma incluyó únicamente alguno de ellosSí pueden venderse las plantas de huerto y de alimentos para mascotas, lo que permitiría la apertura de centros de jardinería, pero estos permanecen cerrados, ya que el grueso de su comercialización, que son la planta ornamental y jardinería, no está permitido.

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