Cáritas de El Chaparral atiende a 40 familias en riesgo de exclusión

La entrega de alimentos una vez por semana es una de las actividades principales del colectivo

Javier Milena  |  3 de agosto de 2020
Grupo de voluntarios prepara los productos perecederos que entregan a las familias una vez por semana.
Grupo de voluntarios prepara los productos perecederos que entregan a las familias una vez por semana.

El grupo de voluntarios de Cáritas de la parroquia de El Chaparral mantiene una intensa actividad para atender a familias con menos recursos. Durante el confinamiento y las fases de desescalada el grupo ha redoblado sus esfuerzos para no dejar a nadie atrás. Su labor en estos tiempos difíciles es otro granito de arena más que sumar a los numerosos gestos solidarios de esta crisis.

Este grupo está integrado por una docena de voluntarios y realiza dos labores fundamentales dentro de la estructura de Cáritas.  "Tenemos un plan de acogida a través del cual escuchamos a las personas que nos llegan pidiendo ayuda y las derivamos a los distintos servicios dentro de la estructura de Cáritas Diocesana o los propios Servicios Sociales, y por otro lado tenemos un servicio de atención de las necesidades más básicas con la entrega de alimentos”, explica Eva Vela, directora del grupo.

Este último, el de la entrega de alimentos, es uno de los servicios a los que este grupo parroquial destina más recursos y de su organización se encarga Ana Morón, una mujer de gran corazón, que irradia solidaridad por los cuatros costados. “Eso va en la educación de cada uno, mi madre ayudaba a todo el mundo y nos ha enseñado así y yo no sé decir no a nadie, para mí no es ningún trabajo y mi gente está acostumbrada a ello”, explica mientras prepara los lotes de productos para entregarlos a las familias. Esta tarea la realiza todos los miércoles con la ayuda de varios voluntarios del grupo, entre los que también están sus propios hijos. Lo hacen en un bajo que les ha cedido Margarita, otra de las voluntarias del colectivo, y cada miércoles acuden al Banco de Alimentos a recoger productos que luego se encargan de clasificar y entregar.

Este grupo parroquial de Cáritas de El Chaparral atiende a unas 40 familias de Albolote y Calicasas, una cifra que se ha incrementó durante los momentos fuertes de la pandemia, aunque, por fortuna, con el inicio de la nueva normalidad ha vuelto también a disminuir. “Durante el confinamiento nos ha venido gente muy distinta a la que teníamos anteriormente, gente que se había quedado en paro y no tenía ingresos y se han visto en la necesidad de recurrir a los Servicios Sociales”, explica. En las semanas más complicadas del confinamiento, la propia Ana con su furgoneta se encargó de atender a esas familias en riesgo. “Me movía con el permiso de la Policía Local”, aclara. Calcula que en los momentos más graves de la crisis tuvieron que atender a media docena más de familias en apuros. 

Muchos de los casos que les llegan lo hacen derivados por los Servicios Sociales, y otros les llegan por oídas. “Nosotros los acogemos, los escuchamos y les abrimos una ficha para hacerles entrega de alimentos y hacerles un seguimiento”, explica Eva Vela.

Eva Vela y Ana Mrn (derecha) en la entrada de la oficina que el grupo de Critas tiene en la parroquia de El Chaparral
Eva Vela y Ana Mórón (derecha) en la entrada de la oficina que el grupo de Cáritas tiene en la parroquia de El Chaparral

Este grupo de El Chaparral grupo lleva funcionando unos siete años. Lo puso en marcha el párroco Miguel Peinado, ya fallecido, y después ha continuado su labor con el visto bueno del nuevo párroco, Juan Enrique Guerra, que lo preside. Dispone de un pequeño local en la parroquia chaparraleña donde se reúnen y programan sus actividades.

Están coordinados con los Servicios Sociales y con otras ONGs que operan en la zona, como Cruz Roja, para evitar duplicidades en la entrega de alimentos y de esta manera asegurar un reparto más efectivo de las ayudas. “Cruz Roja se encarga de lotes de productos no perecederos y nosotros nos encargamos de los perecederos como frutas, verduras y otros productos provenientes de la gran recogida del Banco de Alimentos, en la que también participamos”. También se encargan de canalizar otras ayudas que les llegan a través de donaciones altruistas como las que recientemente les hizo la asociación cultural ‘Culillos de Mal Asiento’ o la AMPA Atalaya del IES Aricel, que tradicionalmente destina a Cáritas de El chaparral su campaña solidaria de recogida de alimentos.

El perfil de las familias a las que atienden no tiene un patrón fijo. “Hay un poco de todo” y en este sentido destacan la importancia de dar un pasito más para ayudar a estas familias a administrarse mejor. “Muchas veces la base de la pobreza de estas  familias es la falta de educación a la hora de administrarse y cuidar lo que tienen” y reclaman para ellas programas de acompañamiento para educar a estas familias. “El fallo es que no les estamos ayudando a ser autónomos y simplemente les damos cosas”. “Habría que trabajar con ellas, enseñarlas y acompañarlas y se debería empezar por los Servicios sociales, que son la puerta de entrada al sistema porque solo con voluntarios no se puede hacer” explica Eva Vela, que también reclama al Ayuntamiento un pequeño fondo municipal para atender los casos urgentes. “Muchas veces nos vienen personas que necesitan cosas tan básicas como una bombona de butano y la acabamos pagando de nuestro bolsillo, sería bueno disponer de un pequeño fondo para estas cuestiones de carácter urgentes así como para productos de higiene”, explica.

Mientras tanto y a pesar de las dificultades, el grupo lo tiene claro, “aquí estamos y seguiremos estando las veces que haga falta”

Noticias relacionadas
08/03/2024 | Ester Leal

Manuel González presenta sus maquetas en Albolote La Casa de la Cultura acogerá en el mes de marzo una muestra de sus reproducciones de iglesias y calles de Granada

11/10/2023 | Javier Palma

El centro de entrenamiento personalizado y nutrición congregó a más de un centenar de personas en el bulevar de la Avenida Lucilo Carvajal